500 grs de harina de fuerza
200 ml de agua
150 ml de aceite de oliva
1 cucharadita de sal (de las del café)
1 huevo
3 cucharadas de azúcar
9 grs de levadura seca de panadero ó 25 grs de levadura fresca
Azúcar para espolvorear
1 puñado de granos de anís
1 chorrito de anís dulce
Preparación
Mezclamos la harina, la sal, el azúcar, el agua y la levadura y lo dejamos reposar una media hora para que se lleve a cabo el proceso de autólisis.
Una vez pasada la media hora añadimos el aceite y el huevo batido, así como unos granitos de anís y amasamos hasta que nos quede una masa lisa y brillante. Hacemos una bola y la dejamos reposar en un bol aceitado para que no se pegue y la tapamos con papel film o un trapo durante dos o tres horas hasta que doble volumen o bien la podemos dejar en el frigorífico durante toda la noche.
Después de dejar la masa durante toda la noche en el frigorífico, comprobamos que nos ha doblado de volumen. La sacamos del frigorífico y la dejamos atemperar una media hora.
Ponemos la masa encima de papel de hornear y la aplastamos dándole forma de torta. La dejamos reposar una media hora y la cubrimos con azúcar remojado en anís (en este caso le pusimos azúcar moreno aunque puede ser azúcar normal). Y por último le añadimos por encima unos granitos de anís.
La introducimos en el horno precalentado a 220ºC durante unos 25 minutos hasta que veamos que ha cogido un color tostado.
Por último dejamos enfriar sobre una rejilla y este es el aspecto que tiene
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